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Flexibilidad mental

Coronavirus: ¿Cómo adaptarse al cambio constante?

¿Qué es la flexibilidad cognitiva o mental?

Desde la irrupción del coronavirus en nuestras vidas hace ya unos cuantos meses, nos vemos inmersos en una situación de incertidumbre y cambios constantes que cada vez nos va cansando más y más. Por ello, debemos afrontar la situación con la mayor flexibilidad mental posible, pero ¿qué es la flexibilidad cognitiva o mental?

La flexibilidad cognitiva o mental es la capacidad que tiene nuestro cerebro para adaptar nuestra conducta y pensamiento a los cambios. Es la capacidad de darnos cuenta de que lo que estábamos haciendo hasta el momento deja de funcionar y, por ello, debemos reajustar nuestra conducta, pensamiento u opiniones para adaptarnos a la nueva situación.

Brillante es aquel que se atreve a cambiar sus ideas en un momento dado

– Albert Einstein

La flexibilidad mental juega un papel fundamental en los momentos de cambio e incertidumbre que estamos viviendo hoy día, ya que nos permite:

  • Detectar mejor la información del ambiente, procesarla y y responder ante ella.
  • Enfocar nuestra atención en lo que realmente es importante, reduciendo así la incertidumbre y el estrés. Contribuyendo a la estabilidad y bienestar emocionales.
  • Pensar en varias ideas a la vez, descartar unas, valorar otras.
  • Ver las cosas desde múltiples perspectivas, con empatía.
  • Reaccionar ante situaciones nuevas haciendo uso de la experiencia.
  • Tolerar los errores y superarlos de forma original.
  • Soportar mejor los cambios y así adaptarnos mejor a cualquier contexto.

Como cualquier otra habilidad, la flexibilidad mental se puede entrenar, aprender y mejorar. Algunas maneras para conseguirlo son:

  • Intenta ver cada cosa desde múltiples perspectivas.
  • Valora varias opciones para cada circunstancia.
  • Rompe la rutina haciendo cosas nuevas cada día.
  • Haz ejercicio físico.

Las personas con mayor flexibilidad cognitiva se desenvuelven con más facilidad en su vida cotidiana y tienen más éxito en sus relaciones sociales; mientras que las personas inflexibles sufren más en estos ámbitos, pudiendo llegar a padecer alteraciones en la conducta e incluso problemas como depresión o ansiedad. La persona flexible sabe comportarse en cada situación, es tolerante, empática, llega a acuerdos y se adapta mejor a los cambios. Por todo ello, es fundamental potenciar la flexibilidad mental en los tiempos que corren.

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