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Carmen Salido de Down Madrid

Personas que dejan huella en Down Madrid

Con estas líneas queremos recordar hoy a una persona muy querida para Down Madrid y que nos ha dejado hace unas semanas: Doña Carmen Salido, a quien muchos conocíamos como la tía Carmen. Ella, junto a otras madres y a raíz del nacimiento de su sobrina María, fue una de las pioneras en apoyar el trabajo de profesionales a favor de la inclusión de las personas con síndrome de Down. Con su generosidad y apoyo consiguió que Down Madrid, que en aquel entonces era una pequeña Asociación, pudiera comenzar a rodar.

Aunque el árbol genealógico ubicaba a María como una «resobrina», para ella siempre fue una nieta por el cariño que le tenía y la dedicación que le dispensaba. Carmen pensó que la mejor manera que tenía de apoyar la labor de la Asociación, que en ese momento contaba con unos recursos muy limitados, era cediéndoles el espacio necesario para que pudieran llevar a cabo terapias y diversas actividades. Y así fue como nos cedió su casa de la calle General Pardiñas, el domicilio familiar de toda la vida, y se fue a vivir con su hermana. En esa misma casa se inició el proyecto STELA para poder dar formación y fomentar la inclusión laboral de personas con discapacidad intelectual en entornos ordinarios, que a día de hoy sigue en marcha y que cuenta con más de 200 jóvenes trabajando de manera activa.

Varias son las anécdotas que hoy podemos recordar de ella. Una está vinculada a la Cena Solidaria, a las que asistió puntualmente a lo largo de los años.  En la primera cena solidaria, todos llevaron artículos para poder regalar en la rifa y la tía Carmen, como era de esperar, quiso contribuir con lo suyo: dedicó mucho tiempo a tejer jerséis, bufandas, tapetes de punto y de ganchillo para aportar como regalos. Tantos fueron que, daba igual el número que tuvieras en la papeleta, siempre tocaba un tapete de ganchillo! 

Otra anécdota que ha compartido con nosotros su familia es que solía escaparse a echar una brisca con su hermana y otras amigas. Nunca apostaban con dinero, pero decidieron hacerlo para poder donarlo a Down Madrid. En esa época se jugaba con “pesetillas” y las apuestas nunca llegaban a tener más de 3 cifras así os podéis imaginar el tiempo que le dedicaban para contar todas aquellas monedillas cuando las acercaba en su bolso a la Fundación.

Conscientes de su generosidad y su gran voluntad de apoyo, la Fundación la nombró Socia de Honor. Y hoy queremos recordarla como mujer ejemplar que fue. 

Agradecemos a Elena de Carvajal, sobrina de la tía Carmen y madre de María, que nos haya ayudado a elaborar este reconocimiento y que haya implicado a toda su familia durante tanto tiempo a apoyar a Down Madrid.

 

¡Hasta siempre Tía Carmen! 

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